Winche apuesta por la farmacia y aparca las adquisiciones
La pandemia y el confinamiento primero y la inflación en alimentación después han supuesto todo un desafío para Winche, la empresa especializada en redes comerciales fundada en el 2002 por Javier Scherk.
Estos dos factores han hecho que la compañía replantee algunas de sus líneas estratégicas antes de la llegada de la covid: las adquisiciones y la expansión internacional.
“Con la pandemia hemos apostado por una política de prudencia y nos hemos reposicionado”, mantiene Scherk. Esto, junto a la dificultad para encontrar personal cualificado en el sector de las ventas, ha hecho que aparquen la entrada en Italia o Latinoamérica que venían barajando desde hace tiempo. “Lo hemos pospuesto sine die”, afirma Scherk.
En cuanto a las compras que se habían planteado con anterioridad, el directivo asegura que han mapeado el mercado de forma constante y, a día de hoy, no han encontrado opciones lo suficientemente atractivas. “No queremos crecer solo en volumen y no hemos visto nada que nos aporte un valor añadido, un mayor conocimiento a lo que ya hacemos”, señala.
Por contra, Winche se centrará ahora en España y Portugal, donde ha ganado cuota tras la pandemia debido a la desaparición de algunos de los competidores que no lograron superar la crisis de la covid.
El último ejercicio, la compañía de outsourcing ingresó 21,9 millones de euros, un 8,4% más que en el 2021 y cerca de las cifras prepandemia. Para este 2023, ya con el canal de gran consumo normalizado y al alza (Horeca y distribución aportan el 50% de su facturación) prevén rozar los 25 millones de euros.
Además de gran consumo, la compañía trabaja también en electrónica (30% de las ventas) y farmacia (20%). Es este canal el que Scherk quiere potenciar ahora. “Tenemos margen de crecimiento aquí, se trata de un sector más tradicional que ha entrado más tarde al outsourcing y vemos oportunidades para crecer y ganar cuota”, destaca el máximo ejecutivo de la empresa, 60% propiedad familiar y 40% del fondo Aurica.
Para ello quieren incrementar su plantilla de los 540 trabajadores actuales a los 600 a final de año. No es tarea fácil, reconoce Javier Scherk. “Nos está costando encontrar los perfiles adecuados. Para dedicarse a las ventas hacen falta unas habilidades, como la oratoria y la actitud, que hoy en día han disminuido”, considera. También están incorporando perfiles técnicos para seguir impulsando su consultoría de datos. Eso sí, afirma con orgullo que cuando un trabajador entra en Winche, “se queda”.
Un artículo de La Vanguardia.